Saltó a la palestra a principios de los 90, cuando Bristol era aquel hervidero. Tricky (alias artístico del músico británico Adrian Thaws) formaba parte de The Wild Bunch, troupe rapera de cuya metamorfosis salió Massive Attack. Cuando estos sacaron su célebre “Blue Lines” en 1991, uno de los álbumes que marcó la década, los rapeados cruciales que ahí metió Tricky arquearon cejas. Poco después apareció su primer single, “Aftermath”, y se hizo más evidente que había una estrella rompiendo el cascarón. Lo hizo con su debut largo, “Maxinquaye” (1995), y también con los dos siguientes, “Nearly Gold” y “Pre-Millennium Tension”, ambos de 1996. Una tripleta de visión e imaginación cuyo sonido parecía no tener precedentes y predecía un nuevo futuro. En realidad, sí había un precedente claro, que era la puerta abierta por Massive Attack, pero en manos de Tricky eso no condujo, como pasó con muchos que se subieron a ese carro, hacia territorios confortables. Tampoco derivó en fondo musical de reuniones sociales. Las canciones de Tricky se movían por lugares fantasmagóricos donde a los géneros se les daba la vuelta, entre sensaciones amenazantes. Establecido entre los nombres que marcaban la actualidad, hasta 2003 siguió publicando con asiduidad, con “Juxtapose” (1999) como obra más destacada, pero rebajando la exigencia. Desaparecido durante un lustro para coger aire, regresó en 2008 con el autobiográfico “Knowle West Boy”, fuerte pero accesible, en el que recuperaba el pulso de su trilogía inicial. Desde entonces y hasta 2015, tres álbumes más en la misma línea. El último de esa trilogía, “Adrian Thaws”, con una notoria diversificación de influencias, sin zonas de seguridad. Ese riesgo continúa siendo su meta. Nuevo ejemplo: en "Skilled Mechanics", de enero de 2016, donde su voz se pone al frente del proyecto con un protagonismo como hace tiempo no se le veía. Gestado en Berlín (donde reside desde hace tres años), el álbum cuenta con diversas colaboraciones, siendo las más notorias la de DJ Milo -uno de sus escuderos primordiales y la primera persona con quien Tricky grabó; un viaje a los tiempos de The Wild Bunch-, que participa en cinco de los trece cortes, aportándoles aire de hip hop de vieja escuela, pero nada caduco sino muy moderno, y Luke Harris, su batería en las últimas giras. Abrazar el cambio, seguir moviéndose y mutando, es lo que mantiene a Tricky vital como artista. Su nuevo giro, "ununiform", su decimotercer LP, aparecido en septiembre de 2017. También berlinés en la gestación (salvo cuatro cortes paridos en Moscú), es tal vez su más evidente buceo discográfico en la felicidad y el relajo. El de alguien que acepta su legado y que está en paz con el trip-hop. Aun y así, incluso en sus opacas y crípticas letras se palpa su sentido de la aventura, ese hipnotismo musical que no (le) abandona.