El australiano Robert Forster dio al pop de guitarras un muy buen nombre al frente (junto al malogrado Grant McLennan) de The Go Betweens, banda que produjo nueve LPs. Poco después de su fundación en 1977, Forster y McLennan movieron su centro de operaciones de Brisbane a Londres y desde allí empezaron a convertirse en la quintaesencia de la banda indie de culto durante la década de los ochenta. Entre las obras de The Go-Betweens, tres siguen siendo espejos donde muchos se siguen mirando: “Before Hollywood” (1983), “Liberty Bell And The Black Diamond Express” (1986) y “16 Lovers Lane” (1988). Su carrera fue progresando desde unos inicios más bien art rock hasta un pop más comercial y cremoso (ambos adjetivos dichos en el buen sentido). Fue con ese último referente estilístico cuando en 1989 empezaron a preparar un disco en cuyas sesiones Robert y Grant se separaron -luego se volverían a juntar el año 2000, hasta la muerte de McLennan en mayo de 2006, que puso fin a la banda- y sacaron cuatro discos más. Sin embargo, tras aquella ruptura temporal entre ambos, Forster decidió tirar para delante con las canciones de la discordia, de manera que ayudado por el ex Birthday Party Mick Harvey y algún Bad Seeds de Nick Cave acabó dando forma a “Danger In The Past” (1990), título que inició su carrera en solitario. Casi treinta años más tarde las agujas de ese reloj siguen girando. Que Forster tiene cuerda para rato lo ha confirmado al publicar este marzo “Inferno”, su séptimo larga duración, muy aplaudido por la crítica especializada por su forma de facturar himnos con grandeza partiendo de la modestia y la ternura. También se ganó el reconocimiento general con la inmediatez de las viñetas melódicas del penúltimo, “Songs To Play”, que en 2015 rompió un silencio discográfico de siete años. Y entre ambos trabajos, su libro de memorias “Grant And I”, que vio la luz en 2017.