Squirrel Flower es el proyecto de la estadounidense Ella O’Connor Williams, con base en Chicago. Antes de publicar su último disco, “Tomorrow’s Fire” (2023, en el sello Polyvinyl, como los dos anteriores), que es el tercero de su carrera -tras “I Was Born Swimming” (2020) y “Planet” (2021); además tiene tres EPs y una decena de singles- podría haber sido etiquetada como indie-folk, pero con esta última entrega se adentra en la categoría del indie-rock, con su música lista para ser escuchada a un volumen alto. Es el disco que la consolida, ambicioso y cautivador, musculoso y compacto, guiado por su intensidad decidida, su voz segura y su formidable habilidad con la guitarra. Por eso la primera canción de este flamante disco es “I Don’t Use A Trash Can”, titulada justo como la segunda de su primer LP, pero reimaginada ahora para demostrar su crecimiento como artista. El resto, desesperación, frustración y una producción feroz y desinhibida para encarar sus vivencias personales, con letras que buscan convertirse en himnos, caso de la de “When A Plant Is Dying”: “Debe haber más en la vida que llegar a tiempo”. O la de “Full Time Job”: “Hacer lo mejor que puedo es un trabajo a tiempo completo, pero no paga el alquiler”. Todo lo que apuntaba cuando sacó su disco de debut, que la lleva a aparecer en listas como “Artist You Need To Know” de Rolling Stone, “Artist To Watch” de Stereogum o “One To Watch” de The Guardian, se está cumpliendo.