Buffalo Tom emergieron (fue en Boston, allá por 1986) en aquel cruce de carreteras (o calendarios) donde el rock universitario estadounidense de los años ochenta se transformaba en lo que vino a llamarse el rock alternativo de los noventa. Desde entonces -y con la misma formación: Bill Janowitz (voz y guitarra), Chris Colbourn (bajo y voz) y Tom Maginnis (batería)- han ido reformulando el rock clásico de su país resistiendo todos los vaivenes habidos y por haber, hasta convertirse en una de las bandas de rock más perdurables, consistentes y defendibles de su generación. Primero lo hicieron, claro, con canciones donde las guitarras rugían a más velocidad, hasta el punto de que llegaron a ser catalogados como los “Dinosaur Jr. junior” cuando en 1988 publicaron su homónimo LP de debut. De hecho, J Mascis, el frontman de Dinosaur Jr., les ayudó en la producción de sus dos primeros discos, además de tocar la guitarra en “Impossible”, una de las canciones del primero. Luego, con el paso del tiempo, han ido escorándose hacia propuestas más calmadas, con las armonías y juegos de voces ganando protagonismo. Y calidez. En total, once discos (uno de ellos en directo), dos recopilatorios y más de una veintena de títulos repartidos entre singles y EPs. Un legado, balanceándose entre letras de melancolía dolorida y otras de esperanza triunfal, donde encuentran confort tanto los fans de Hüsker Dü o The Replacements como los de The Jayhawks. Sobre todo, aquellos que se han vuelto más maduros que alocados. Su último disco, "Jump Rope", se ha publicado en mayo de 2024.