
Desde su formación en 1982, la carrera de la banda británica Primal Scream ha sido una aventura sónica que ha dado lugar a varios álbumes que han marcado época. Lo suyo: excavar en el pasado para rescatar joyas del rock clásico, transfigurándolas hasta convertirlas en canciones que suenen a regresadas del futuro. Al frente, siempre Bobby Gillespie (ex The Jesus And Mary Chain). Quién lo diría, pero estos escoceses de Glasgow empezaron con un indie-pop deudor de The Byrds -escúchese “Sonic Flower Groove” (1987)-, pero poco a poco se fueron poniendo hard-rockeros, como si actualizasen a The Stooges. Hasta que, con el roce con el acid house y las producciones de Andrew Weatherall, The Orb o Jimmy Miller, surgió “Screamadelica” (1991), fusión de techno e indie con la que alcanzaron el estrellato. ¿Siguientes hitos? Unos cuantos, siempre en aceleración permanente: el boogie-rock de “Give Out But Don’t Give Up” (1994), el electro-rock de “Vanishing Point” (1997) y el noise experimental y apocalíptico de “XTMNRT” (2000). Alto, aquí nos paramos (aunque ellos hayan seguido sacando discos, concretamente, de estudio seis más: "Evil Heat" en 2002, "Riot City Blues" en 2006, "Beautiful Future" en 2008, "More Light" en 2013, "Chaosmosis" en 2016 y "Come Ahead" en 2024), porque, justo al cumplirse el 25º aniversario de la publicación de “XTMNRT”, han decidido sacarlo a la carretera y rendirle homenaje con unos directos donde tocan al completo el furioso “XTMNRT”. Ya sabéis: “Kill All Hippies”, “Swastika Eyes” … Canciones hoy aún más actuales que en 2000.