El británico James Holden actuará el 24 de mayo en Santiago de Compostela (Sala Capitol) y al día siguiente, el 25, lo hará en la portuguesa localidad de Oporto (Mouco). Este par de conciertos se suma a los otros dos que ya tiene anunciados para ese mes: el del día 22 en Barcelona (Razzmatazz 2) y el del 23 en Madrid (Cool).
Holden, uno de los grandes referentes de la electrónica de su país, presentará en esas cuatro actuaciones su próximo disco, “Imagine This Is A High Dimensional Space Of All Possibilities”, que saldrá publicado el 31 de marzo en su propio sello, Border Community.
Con este nuevo álbum Holden rompe un silencio discográfico de seis años (con la excepción de sus colaboraciones con Houssam Guinia en el EP "Three Lives Takes", de 2018, y con Waclaw Zimpel en el EP "Long Weekend", de 2020), pues su anterior disco, “The Animal Spirits”, data de 2017. Con “Imagine This Is A High Dimensional Space Of All Possibilities” el productor británico ha afirmado que quiere mostrar “música rave para un universo paralelo” y que para su composición “miraba a los collages de John Stezaker, donde las cosas colisionaban entre sí, sintiendo como si abrieses una ventana dentro de ellos. Pensé mucho en aproximaciones musicales en ese sentido”.
Hay que apuntar que, aunque a Holden tradicionalmente le ha resultado difícil asentarse en un mismo sitio demasiado tiempo, y apenas se alinea con un estilo musical ya se está yendo al siguiente, en “Imagine This Is A High Dimensional Space Of All Possibilities” parece reconciliarse con su propio pasado musical, con sutiles guiños y devoluciones de llamada a momentos notables en su historia sónica: pista de baile con ondulante melancolía, arpegios de duendes cinéticos en espiral y voces nebulosas que despiertan el distante recuerdo de su antigua carrera como DJ internacional y remezclador de las estrellas, mientras el sintetizador (y las cuerdas sintetizadas), el impulso del ruido sordo pagano y su brillo mareado remiten nostálgicamente a su era “The Inheritors”.
“Quería que este fuese mi disco más abierto, nada cínico, ingenuo, desprevenido, el disco que mi yo adolescente quería hacer”, ha referido Holden. Un yo adolescente del que ha recordado cómo “captaba las débiles señales de las emisoras piratas de FM de la ciudad más cercana, soñando con cómo serían las raves cuando finalmente pudiera escapar y convertirme en un viajero new age”.
Algo que logró hace ya casi una veintena de años, cuando en 2006 su LP de debut, “The Idiots Are Winning”, arqueó las cejas de la crítica y provocó que medios como The Guardian se atrevieran a afirmar que era “el más deslumbrante debut en la electrónica desde 'Music Has The Right To Children' de Boards Of Canada”. Sus pasos desde entonces no han desinflado aquellas expectativas. Su segundo álbum llegó en 2013, “The Inheritors”, donde siguió evocando a los citados Boards Of Canada, con su rigurosidad rítmica y su zumbona belleza pastoral, pero también a la psicodelia de Cluster y Popul Vuh. Muy bien recibido en los medios especializados, alcanzó en las listas de aquel año al Top 20 de Fact, Mojo y Clash, mientras que para Loud & Quiet fue el # 2 de la temporada y para Resident Advisor, el # 1.
Posteriormente, tras colaborar con Floating Points y Maalem Mahmoud Guinia -"Marhaba" (2015)- y Camilo Tirado -"Outdoor Museum Of Fractals" (2016)- y la banda sonora que firmó para del documental "A Cambodian Spring" (2016), en noviembre de 2017 publicó el álbum “The Animal Spirits”, nombre también de la banda de acompañamiento con que lo registró en Londres y el del proyecto con que lo presentó en directo. Tanto primero en estudio como luego sobre el escenario, Holden experimentó una transformación bastante radical, acercándose al concepto de formaciones de históricos del jazz como Don Cherry y Pharoah Sanders y buscando así, en palabras suyas, algo cercano al “jazz espiritual interpretando música de trance folk”. Sus sintetizadores no perdían ni un ápice de vigor melódico, pero a eso unió la vibración orgánica de vientos y de percusión grabados en directo, aportando una viva fluidez a la mezcla. Se trató, sin duda, de su obra más ambiciosa hasta ese momento, y también la más accesible.