El norirlandés Mark McKowski (alias artístico de Mark McCausland, la mitad del dúo The Lost Brothers) será el encargado de telonear a la texana Jolie Holland en los conciertos que esta ofrecerá en San Sebastián (el 10 de abril, Dabadaba), Barcelona (el 11, Razzmatazz 3) y Zaragoza (el 13, La Lata de Bombillas). Os recordamos que en esta gira, que es una coproducción entre Houston Party y Ground Control, Holland, que presentará su magnífico último disco, “Haunted Mountain”, también actuará en Madrid (el 12 de abril, en Café Berlín).
Mark McKowski, un virtuoso de la guitarra, es conocido, como decíamos en el párrafo anterior, por su trabajo como mitad del dúo The Lost Brothers (y anteriormente también en The Basement), pero además ha cultivado una carrera en solitario que luce álbumes como “Note From The Boneyard Vol.1” y “Winter Guitar Hymnals From The Boneyard”, ambos publicados a finales del año pasado (en septiembre y diciembre, respectivamente). Del primero (en el que colabora Howe Gelb) se han escrito reseñas como estas: “Es ideal para escucharlo con auriculares cuando cae la noche” (The Daily Post, álbum de la semana), “Piensa en ‘El tercer hombre’ encontrándose con Andrés Segovia. Mágico e inquietante” (Americana UK), “Suena como un western oscuro de Sergio Leone, con esas sombras de las cinco en punto y vibraciones espeluznantes de Morricone, o como un musical de ‘Valor de ley’” (Wall Of Sound), “Una magnífica ración de música oscura de película instrumental. Un viaje inquietante” (The Daily Mirror).
Por su parte, de Jolie Holland puede decirse que es lo que sería Joe Henry de haber nacido mujer, dieciséis años después y en Texas, en vez de haberlo hecho en Carolina del Norte, aunque con el mismo gusto ambos por el cambio de paisajes. Habría que añadir que Holland ha ido mostrando cada vez mayor inclinación por la guitarra eléctrica que por la acústica y que además militó en The Be Good Tanyas. Si la seguimos describiendo usando comparaciones no hay que olvidar la conexión con Tom Waits: no solo ambos han publicado en el mismo sello, ANTI, donde han salido la media docena de álbumes que Jolie sacó desde su debut, “Catalpa” (2003), hasta “Wine Dark Sea” (2014), sino que el autor de “Rain Dogs” la viene aplaudiendo desde el principio: propuso a Holland, tras escuchar su primer trabajo, para los premios Shorlist (que se conceden en Estados Unidos al mejor LP del año que haya vendido menos de medio millón de copias). Otro fan destacado suyo es Sage Francis, quien en 2005 declaró que “Escondida”, la segunda obra de la texana, era el disco que más había escuchado aquel año.
En esos tan bien recibidos inicios de su carrera ya estaban las semillas musicales que luego la estadounidense ha ido regando, podando, injertando en nuevas direcciones. A saber: letras ricas en imágenes que se expresan con un lenguaje escueto, desnudo y gótico, y que conectan con aquella Norteamérica mítica de "La República Invisible" de Greil Marcus, pero desde un punto de vista plenamente actual, que fija su obra en el presente. Y en la atemporalidad. Su música de base folk va fracturando la tradición mientras busca belleza en ecos del pasado, sean estos country, blues, jazz, gospel o canciones de salón del siglo XIX. A todo ello Jolie le aporta a todo un toque experimental, un barniz que puede aceptar los sufijos post, neo o avant, según el gusto de cada uno.
En su último disco, "Haunted Mountain" (2023), ha contado con la colaboración de Buck Meek (el guitarrista de Big Thief), de la misma manera que ella ha colaborado en el último álbum de él, del mismo título y también publicado este año, como coautora de cinco de sus canciones. Decir que el flamante disco de Jolie es un magnífico trabajo no es ninguna exageración. En él, desde su propia personalidad y con una voz reconocible, va invocando lo mejor de la más reciente Lucinda Williams (escuchad “One Of You” o “Me And My Dream”) a un cruce entre Karen Dalton y Norah Jones (ojo a “Won’t Find Me” y “Orange Blossoms”) o al arriba citado Waits (ese “Feet On The Ground”).