Los galeses The Bug Club, que acaban de fichar por el emblemático sello estadounidense Sub Pop, actuarán el 12 de junio en Madrid (Siroco) y al día siguiente, el 13, en Barcelona (Sala Vol). Las entradas para ambos conciertos, que son una coproducción entre Houston Party y Ground Control y suponen su debut en España, ya se encuentran a la venta. 

En ambas fechas The Bug Club presentarán su último disco, el doble “Rare Birds: Hour Of Song”, publicado en octubre de 2023 y que incluye un total de 47 canciones. Sí, 47, para un total de una hora y cinco minutos de duración. Se supone que no las tocarán todas, porque también tienen otros cinco álbumes de los que picotear (incluyendo ahí uno en directo firmado con su álter ego Mr. Anyway’s Holey Ghosts). The Bug Club es un trío formado por Sam Willmett (voz y guitarra), Tilly Harris (voz y bajo) y Dan Matthew (batería). Se formaron en 2016 en el poco conocido semillero rockero de Caldicot, localidad del condado de Monmouthshire, en el sur de Gales. En otoño de 2020 firmaron por el sello Bingo Records y sacaron su primer single en febrero de 2021, “We Don’t Need Room For Lovin’”. Dos meses después llegó el EP “Launching Moondream One” y al poco su primer LP, “Pure Particles”, en noviembre del mismo año. Desde entonces no han parado de girar -sus directos, un despliegue de energía- y de grabar y publicar, hasta el citado “Rare Birds: Hour Of Song” de hace siete meses como última muesca en Bing Records. A partir de ahora, como decíamos al principio, su flamante discográfica es Sub Pop, donde ya tienen planes para empezar a sacar nueva música este 2024.

En sus canciones encontramos letras que pueden remitir a Pavement, así como una actitud que conduce a bandas como The Moldy Peaches. Los fans del folk-rock psicodélico inglés a lo The Soft Boys (o de las baladas de The Kinks) también encontrarán acomodo en ellas. Música indie sin miedo a experimentar, a saltarse las fronteras entre los géneros y las convenciones. Y a hacerlo con humor y estribillos memorables.

Como han escrito sobre ellos en la web del festival bluedot, “imagínate que Jonathan Richman comprase un amplificador realmente grande y una máquina del tiempo y se encontrase en algún lugar de la compilación de los Nuggets. O tal vez Ray Davies se hiciera amigo de Sterling Morrison, se metiera mucho en la música de Minutemen y estuviese de acuerdo en que las canciones no tienen por qué durar más de dos minutos. Entonces, tal vez, casi estarías en el sitio del que vienen estos tres galeses”. Pues eso. Para no perdérselos.