
Podríamos decir que Jackson (nombre real, David Ian Jackson) es una especie de versión actual (y/o también la del final del siglo XX) de George Gerswhin. Con un pie en la música popular y el otro en el reino de la música clásica, puede considerarse uno de los tres grandes exquisitos de la new wave, junto a Elvis Costello y David Byrne, los tres tan relevantes ayer como hoy. Siempre ha destacado por su imaginación musical, que le ha hecho saltar de géneros desde su aparición en escena, allá por 1979: reggae, jump-blues, salsa, rhythm'n'blues, contemporánea... Desde entonces (si contamos el venidero “Hope And Fury”, que verá la luz el 10 de abril de 2026) lleva veintidós discos de estudio y ha sido nominado a los premios Grammy en seis ocasiones, habiéndose llevado el galardón cuando su disco “Symphony No. 1” (1999) ganó en la categoría de Best Pop Instrumental Album.
Aunque a menudo se le describe como un artista camaleónico que cambia constantemente de estilo, Joe insiste en que la mayoría de sus álbumes se inscriben en su particular estilo comercial: colecciones de canciones pop sofisticadas, con diferentes ritmos y combinaciones de instrumentos. Si bien, al mismo tiempo, Jackson se reserva el derecho de alejarse de ese estilo comercial. Como dijo en una reciente e inusual entrevista para la revista británica Chap: “Siempre supe que me dedicaría a la música toda la vida. Así que, de vez en cuando, hago algo diferente para que siga siendo interesante”. En ese sentido, en su más reciente giro inesperado, presentó en 2023 en su último disco de estudio hasta la fecha, el vigésimo primero, a Max Champion en “What A Racket!” (también conocido como “Mr. Joe Jackson Presents Max Champion In ‘What A Racket!’”), siendo el tal Champion un ficticio e hilarante artista olvidado del Music Hall de la época eduardiana inglesa.
Sin embargo, con las nueve canciones del próximo “Hope And Fury” regresará al presente y a su sonido más comercial (en sus propias palabras, “un retorno a mi propio mainstream”). Tras sentar las bases de ese álbum en el estudio Fuzz Factory de Michael Tibes en Berlín, Jackson volvió a los estudios Reservoir de Nueva York con el coproductor Patrick Dillett y reunió a su banda habitual, con la que ha colaborado intermitentemente desde 2016: el bajista Graham Maby, el guitarrista Teddy Kumpel y el batería Doug Yowell, a los que se sumó la percusión latina del peruano Paulo Stagnaro. A sus fans el resultado les sonará como una mezcla entre “Fool” (2019), “Laughter And Lust” (1991) y “Night And Day” (1982).