Un frontman, Samuel T. Herring que canta con una voz de crooner que recuerda, con un tono más grave, a la del añorado Roland Gift, de Fine Young Cannibals, y que baila y se mueve como un mono enjaulado en busca de la puerta de salida. El efecto, sobre el papel, despista, pero en disco seduce y en directo avasalla: sobre las tablas, Samuel se come al público. Pop sintético henchido de romanticismo, desde Baltimore y especializado en canciones sobre rupturas amorosas (las letras son también obra de Herring), entre la autoinculpación y el vitriolo. Fue en 2006 cuando empezaron su trayectoria, a partir de las cenizas de un grupo anterior, Art Lord & The Self-Portraits. Desde entonces han publicado seis discos de estudio. Con el tiempo han ido ganando en disciplina y dirección: su debut largo, de 2008, más electro-punk, carecía de excepcionalidad, era demasiado literal.
Su mejora quedó patente especialmente a partir de “On The Water” (2011), el tercer LP, en el que se preocuparon menos de poner sobre la mesa el drama y la furia y se centraron en lograr que sus reflexiones sobre la añoranza fuesen algo que realmente emocionase. Como emocionan sus conciertos. O como lo hizo "Singles", su cuarto álbum, experimental a la vez que accesible, con la voz, la instrumentación y las historias en la misma dirección, y con el trío tan cohesionado como un nudo doble, jadeando pasión. "The Far Field" incidió en esa senda, si bien la crudeza de esa pasión suya, tan marca de la casa, fue servida con una mayor complejidad en los arreglos y un mayor tira y afloja en el diálogo entre la voz y los instrumentos. En octubre de 2020 salió su sexto disco, "As Long As You Are", que presentaron en directo en un live streaming en Baltimore, su ciudad natal, en el que fue su único concierto del año pandémico. En marzo de 2021 se publicó su versión de la canción "The Moon Is Blue" de Modern English en el recopilatorio "Bills & Aches & Blues", para conmemorar los cuarenta años del sello 4AD. Y el 26 de enero de 2024 aparecerá su séptimo álbum, “People Who Aren’t There Anymore”. Un trabajo cuyas canciones transmutan el dolor en esperanza, que contienen emoción, devastación, comprensión y los rayos redentores del amanecer. Un disco que, en definitiva, recoge como ningún otro todo el éxtasis de Future Islands, el que más se parece a sus legendarios directos, el más desatado.