Damien Jurado es uno de los cantautores urbanos fundamentales de los últimos tres lustros. El folk-rock sentido y dolido de este estadounidense de Seattle está abonado a los parabienes de la crítica y el respeto del público. Él es un hombre que pinta escenas intrincadas en cada frase, que se revuelve inquietamente entre ficción y realidad para sonar, todavía, totalmente perdido, para sonar como el arquitecto de su propio rompecabezas sin solución. Seguramente fue en 2009 cuando ocurrió el gran clic: ese año giró intensamente por nuestro país con su disco más personal, “Caught In The Trees”, aquel en el que cambió la tercera por la primera persona a la hora de contar historias; inapelables retratos confesionales con las carnes abiertas. Revalorizado su estatus, ya de por sí prestigioso entonces, en 2010 presentó un nuevo trabajo, el noveno de su carrera, “Saint Bartlett”, una vuelta de tuerca valiente y sorprendente. Pop experimental orquestal, en palabras de su autor. Grabado en solo una semana y con el malogrado Richard Swift en labores de producción -casi spectoriana comparada con el entorno espartano que solía/suele acompañar a Damien-, supuso un gran paso adelanto.
Se medio transformó en un álter ego místico para iluminar rincones que mantenía en penumbra. Embalado, otro nuevo giro llegó en 2012 con “Maraqopa”, su mayor incursión hasta esa fecha en la cara psicodélica del folk. Incursión que en 2014, de la mano de “Brothers And Sisters Of The Eternal Sun”, vivió una segunda parte, donde llevó esa vía más lejos, con más firmeza, enlazando a la Incredible String Band con Akron/Family como si tal cosa. Cuando en marzo de 2016 publicó “Visions Of Us On The Land” sonaba como el fin de la trilogía iniciada con “Maraqopa”. En mayo de 2018 publicó un nuevo álbum, "The Horizon Just Laughed", recibido con parabienes generalizados. (“Dos décadas después de empezar su carrera, estas canciones se encuentran entre las más incisivas, pero de alguna manera también las más complejas, que Jurado haya escrito, sin una nota, capa, línea o palabra desperdiciadas”, Pitchfork dixit). Y, finalmente, en abril de 2019 llegó su 14º álbum de estudio, “In The Shape Of A Storm”, otro dardo, el enésimo, en la diana (“Contiene algunos de los más dulces momentos que Damien ha grabado nunca”, The Skinny; “Jurado posee un don para la excelsa sencillez y esta calidad adorna 'In The Shape Of A Storm' y le da a sus diez canciones un acabado agradablemente redondo”; Paste”).
Infatigable, en mayo de 2020 sacó su sucesor, “What's New, Tomboy?”: diez canciones que buscan un respiro en revelaciones a veces frágiles, a veces afirmativas, a veces irónicas, que en octubre siguió el EP “Unissued”. A mediados de mayo de 2021 llegó el autoproducido “The Monster Who Hated Pennsylvania” -el primero de su recién fundado sello, Maraqopa Records-, repleto de historias intensas de gente que no está dispuesta a dejarse romper por terribles circunstancias, intimidades hogareñas y que, a nivel sonoro, se inspiran en la sequedad de discos como “The Bells” de Lou Reed y “Ram” de Paul McCartney. “Aunque en gran parte es como la continuación del trabajo que hice con Richard Swift”, ha declarado Damien. Finalmente, en junio de 2022 publicó su decimoctavo álbum, "Reggae Film Star", también en Maraqopa Records. Doce canciones que evocan sueños recordados a medias y conversaciones escuchadas, y donde lo cósmico se precipita hacia lo autobiográfico y el tiempo se desvanece del pasado al futuro, o a escenas ambientadas en el eterno ahora. Son composiciones que se encuentran entre las más ricas musicalmente de su vasta discografía y abarcan la AM romántica, la psicodelia de los años sesenta, el rock & roll para conducir y hasta un ligero toque latino.