La fiera voz del soulman estadounidense Lee Fields es un ejemplo, un modelo, de magisterio. Hablamos de uno de los pocos intérpretes de soul en activo y en plena forma que ya publicaban música en los años sesenta. Y es que el fuego de Lee Fields sigue llameando y él, con los años sin pesarle, sigue exprimiendo su presente, con absoluto gozo. Una especie de último mohicano, que se ha quedado al frente (tras fallecer Sharon Jones, que fue corista suya, y Charles Bradley, a quien se llevó con él en su primera gira) del fuerte, todavía alzando la bandera.